Los azulejos de imitación mármol guardan muchas similitudes con los azulejos de mármol natural, sin embargo hay algunas propiedades que no comparten, entre ellas las que obligan a realizar tareas de cuidado y mantenimiento muy medidas sobre el azulejo si se quieren mantener sus propiedades de belleza y funcionalidad. La limpieza de una baldosa de imitación mármol puede reducirse a una simple limpieza superficial con una esponja húmeda, mientras que el mármol requiere el uso de productos de limpieza específicos. Por ello son una buena opción como azulejos para baños. El sellado es otra prueba donde la imitación supera a la versión original, este proceso consiste -resumidamente- en la aplicación de un producto sellador sobre el azulejo para protegerlo de los daños causados por el vertido de líquidos, manchas, etc. En el caso del mármol original, se trata de una piedra natural y por lo tanto su superficie es porosa, lo que significa que un vertido de líquido puede terminar penetrando en el interior del material, al igual que el resto de suciedad: el sellado sirve para cubrir estos orificios o grietas evitando así los daños. En el caso de la mayoría de imitaciones mármol, el sellado no es necesario puesto que no son tan porosos ni susceptibles de sufrir daños irreparables como en el caso del mármol. Debido al principio de porosidad que acabamos de explicar, la versión de imitación también gana a la original en lo que respecta a la resistencia a las manchas, especialmente en las imitaciones fabricadas en porcelana.
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